La siguiente parrafada va dedicada a una persona a la que conozco a través de una amiga pero no directamente y que como yo está sufriendo. Sé que el martes volverás a entrar al quirófano y quisiera con mis palabras enviarte un poquito de mi fuerza para que te ayude a pensar que todo va a salir bien.
Una buena amiga me mandó este mensaje que más tarde grabaría en un imán que decora mi nevera, soporta el menú de mis hijas y algún que otro papelajo. El mensaje anónimo dice:
"Everything will be okay in the end. If it's not okay, it's not the end"
Y tú pensarás ¡Qué fácil es dar consejos! ¡Me habláis de un final que ni siquiera vislumbro! y tienes razón, porque yo sentí lo mismo cuando me lo dijeron. Sin embargo, fíjate en mí, estoy rozando mi final. El jueves será mi próximo y último ciclo. Sé que lo voy a pasar mal, el anterior fue duro pero pasará y vendrán tiempos mejores.
Y te preguntarás ¿qué puedo hacer para verlo desde ese ángulo? ¿de dónde saco el ánimo y la fuerza que todos me desean? ¿cómo quitarme este miedo? ¿cómo hacer que cada noche no sea una tortura? Yo lo hice pasando varias etapas. Primero me dejé ayudar por aquellos que me fui encontrando por el camino: psicóloga, oncólogos, médico de familia, enfermeras, enfermos, familiares, amigos ... y así pude recuperar la fe en mí misma, así volví a quererme otra vez y a confiar en que mi cuerpo respondería al tratamiento.
Después, me dejé querer y fue a través de las dosis de cariño que he ido recibiendo como finalmente volví a recuperar la calma y la confianza en mí misma. Déjate mimar, apóyate en todo aquel que esté dispuesto a quererte de verdad. La familia es clave aunque a veces nos cueste verlo. Estamos tan acostumbrados a ellos que damos por hecho su presencia, su apoyo y nos quejamos con frecuencia de que no nos entienden. Sin embargo, son lo que más sufren y representan el papel más difícil, el de aparentar que son más fuertes que nosotros. Déjate arropar por los buenos amigos. Escucha buena música, refúgiate en la lectura, la pintura, el cine, hacer punto ... no sé, cualquier cosa que distraiga tu mente. Si pasas un buen rato, por muy breve que éste sea, grábatelo y rebobina tantas veces como puedas.
Ojalá pudiera encontrar el consejo que más se ajuste a tu medida. Sólo espero haberte consolado un poquito haciéndote saber que no estás sola. Mucha suerte. Un abrazo,
Marisol
Y tú pensarás ¡Qué fácil es dar consejos! ¡Me habláis de un final que ni siquiera vislumbro! y tienes razón, porque yo sentí lo mismo cuando me lo dijeron. Sin embargo, fíjate en mí, estoy rozando mi final. El jueves será mi próximo y último ciclo. Sé que lo voy a pasar mal, el anterior fue duro pero pasará y vendrán tiempos mejores.
Y te preguntarás ¿qué puedo hacer para verlo desde ese ángulo? ¿de dónde saco el ánimo y la fuerza que todos me desean? ¿cómo quitarme este miedo? ¿cómo hacer que cada noche no sea una tortura? Yo lo hice pasando varias etapas. Primero me dejé ayudar por aquellos que me fui encontrando por el camino: psicóloga, oncólogos, médico de familia, enfermeras, enfermos, familiares, amigos ... y así pude recuperar la fe en mí misma, así volví a quererme otra vez y a confiar en que mi cuerpo respondería al tratamiento.
Después, me dejé querer y fue a través de las dosis de cariño que he ido recibiendo como finalmente volví a recuperar la calma y la confianza en mí misma. Déjate mimar, apóyate en todo aquel que esté dispuesto a quererte de verdad. La familia es clave aunque a veces nos cueste verlo. Estamos tan acostumbrados a ellos que damos por hecho su presencia, su apoyo y nos quejamos con frecuencia de que no nos entienden. Sin embargo, son lo que más sufren y representan el papel más difícil, el de aparentar que son más fuertes que nosotros. Déjate arropar por los buenos amigos. Escucha buena música, refúgiate en la lectura, la pintura, el cine, hacer punto ... no sé, cualquier cosa que distraiga tu mente. Si pasas un buen rato, por muy breve que éste sea, grábatelo y rebobina tantas veces como puedas.
Ojalá pudiera encontrar el consejo que más se ajuste a tu medida. Sólo espero haberte consolado un poquito haciéndote saber que no estás sola. Mucha suerte. Un abrazo,
Marisol
1 comentarios:
Hola gladiadora!!
Que placentero y reconfortante es escribir un mensaje, para expresar un sentimiento de gratitud, a una persona que de forma desinteresada brinda su apoyo a otra que ni siquiera conoce, en un momento muy duro de su vida. No veo mejor oportunidad.
Los consejos que la das, son de un valor incalculable, si no es por esa voz amiga en medio del desierto, ¿que sería de nosotros?.
La he llamado, y como no tiene internet y va a estar bastante tiempo sin poder leer tu blog, la he contado tu entrada y sus palabras han sido: " que persona más maravillosa, quiero conocerla..." Lo que viene a ser vamos, me he quedado sin palabras, como yo cuando lo he leído.
Gracias de todo corazón, no tengo como agradecértelo, espero, que el tiempo me de la oportunidad algún día de poder recompensarte de igual forma, aunque lo dudo, porque eres una persona de rebosante amor por los demás. De todas maneras si ese día llega, yo estaré a tu lado aunque sea en silencio.
Debo confesarte que de este impasse, que a las dos os ocupa, estoy aprendiendo muchas cosas, una de ellas, a ver la vida de una forma diferente, a veces estamos muy atados a la materia que no nos permite ver otros caminos. Gracias por dar ese mensaje de verdad que lo necesitaba, a mí se me acabaron las palabras de apoyo y me estoy llenando de una impotencia infinita al ver que todo lo que digo no la sirve de consuelo.
Espero que tus palabras siembren una semilla, y que a cada instante recuerde lo que la escribiste, por eso espero que cambie por su propio bien.
Para terminar no me queda más que decirte que me siento muy orgullosa de formar parte de ese multitudinario clan de amigos que tienes, y espero serlo hasta la eternidad.
Te deseo lo mejor siempre.
Fdo. Tu vecina de enfrente
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