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LA RADIOTERAPIA

No me he retirado. Sigo aquí para contaros el resto de mi aventura, la etapa final y el comienzo de una nueva, la vuelta a la normalidad que tanto echo de menos pero a la vez temo debido al cansancio que aún padezco y a las revisiones futuras que tendré que pasar. Y pensaréis ¿por qué no lo has hecho antes?¿a qué viene este silencio? Las razones son varias: el miedo a lo que pudiera depararme el destino que últimamente la tiene tomada conmigo; el temor a que mi suerte se volviera en mi contra precisamente por envalentonarme ante los desafíos a los que me he ido enfrentando (¿acaso he pecado de soberbia y ahora no se qué me castiga?; la pereza y el cansancio que me provoca la radio, tratamiento que acabaré el 12 de agosto y empezó el 2 de julio.

Antes de empezar me hicieron un molde en el que me he colocado día tras día para recibir el tratamiento en la misma posición. Se trata de una sustancia blanda y caliente, similar al aislante que utilizan en la construcción, envuelta en un plástico sobre la que me tuve que tumbar boca arriba y una vez que se enfrió quedó rígida abarcando e inmovilizando todo mi tronco. Como colofón, además de posar en top-less ante un señor muy amable pero a la vez muy serio y condescendiente, la sesión terminó con unas fotitos que adornan mi historial y que refuerzan el famoso refrán "nunca digas de este agua no beberé". Después de la emocionante sesión fotográfica me hicieron un TAC seguido de la realización de unos puntitos tatuados (previo pinchacito) del tamaño de minúsculos lunares que delimitan la zona a tratar y estarán siempre conmigo.

Después de este protocolo empezamos con el tratamiento con sus cosas buenas y sus cosas malas como las siguientes. Me han tocado 30 sesiones pero cada una de ellas nunca han superado los 10 minutos en los que incluyo el tiempo que tardo en cambiarme y colocarme en mi molde. Los fines de semana he descansado y bien que me los he ganado pues en bastantes ocasiones, especialmente al comienzo del tratamiento, tuve que esperar hasta 4 horas debido a problemas técnicos. Los especialistas que me han atendido, Mercedes, Leo y Jose, me han tratado fenomenal, recibiéndome siempre con una sonrisa y tratándome durante cada sesión con tanto mimo y delicadeza que me hacían sentir como una tarrina de mantequilla a punto de derretirse.

Sin embargo las esperas en la sala cuando ha habido problemas han sido duras. A veces he tenido que luchar contra las lágrimas cuando de la cabina salía un crío, un chaval que podría ser alumno mío, algún enfermo extremedamente delgado y con dificultad para caminar, para hablar y con la piel muy enrojecida por la acumulación de la radio. Enfrentarme cada día con la cruz de la moneda no ha sido fácil y aunque muchos rostros y momentos se quedarán siempre conmigo, ya puedo decir que me encuentro al otro lado.

Pero no creais que sólo fue duro psicológicamente. Las últimas 10 sesiones me hicieron pupa. La piel de la aureola y la más próxima a la axila dejaron de recuperarse el penúltimo fin de semana y todavía me quedaba otro por pasar. La piel picaba y tiraba constantemente y se hacía más insoportable durante las noches. Tuve que dejar de usar ropa interior y en su lugar llevar ropa de algodón muy amplia o directamente no llevar nada que era lo más reconfortante. Afortunadamente las cremas que me recomendó la enfermera y mi constancia en su aplicación hicieron que en menos de dos semanas la piel se recuperara. Aún sigo hidratándola bastante y no puedo tomar el sol en un año ya que la piel está sensible y también para evitar que se hiperpigmente la zona tratada.

El 5 de octubre volveré a ver a mi oncóloga y me dirá que estoy fantástica como siempre, pues no deja de animarme. Entonces comenzaremos el siguiente paso, el de las revisiones. Ya os contaré.

1 comentarios:

Juani dijo...

Bueno guapa, yo también llevaba mucho sin poner nada. Como siempre veo que estás estupenda, no sin haber tenido algún que otro día más complicado. Me alegro mogollón que ya estés en la fase final de este tratamiento y como digo siempre " ¿a ver cuándo nos tomamos una cañita ?
Un abrazo muy fuerte
Juani

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