contadores web reloj para mi web

Mi Granito de Arena

Cuando me quedaban pocas sesiones para acabar la radioterapia, me encontré con la psiconcóloga que me ayudó no sólo a mí sino también a mi familia al comienzo del tratamiento. Estuvimos charlando y le comenté mi deseo de coloborar de alguna manera de la forma que ella creyera más conveniente. Entonces me habló del grupo IMO y de los distintos talleres que se han creado para echar una mano.

Un día antes de marcharme de vacaciones ¡ por fin! recibí su llamada. Estaban preparando la revista que se publicaría a finales de este mes y me invitó a colaborar con un testimonio. Me puse manos a la obra y este fue el resultado que decidí titular Por los pelos

Espero que os guste. A mí me hizo mucha ilusión.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Llevaba mucho tiempo sin visitar tu página y he aprovechado hoy para ver tu debut como colaboradora en una revista, me imagino que te hubiese gustado hacerlo en otro momento mejor de tu vida y escribiendo sobre algo más alegre, pero no ha sido así, a pesar de todo tienes que sentirte muy bien por hacerlo, me siento muy orgulloso de ti Marisol, no solo estas luchando contra tu enfermedad, también estas luchando contra ti misma, tus estados de ánimo, tus preocupaciones, tus sentimientos, tu lucha contra el día a día....... Te quiero. Muakssssss

Ana dijo...

BRAVO DE NUEVO!!! Me encanta leerte otra vez y ver que realmente te das cuentas de lo fuerte que eres. Lo del artículo me ha encantada, ahora bien, cálmate un poco porque te veo dejando el curro de profe para dedicarte al peridismo...
Nos seguimos hablando y viendo y leyendo y lo que tú quieras.
Mil besos

Anónimo dijo...

Hola soy tu compa Ana, y todavía no me he hecho seguidora oficial del blog, aunque voy siguiéndolo desde sus inicios. Mira que me he propuesto ser la seguidora 10, y siempre que me engancho pienso "verás como alguien se me ha adelantado".

A mí no deja de sorprenderme tu afán de contagiar tu fuerza a los demás... Es como si tú sacaras fuerzas transmitiéndoselas a otros. Lo hiciste al principio combinando tu pánico inicial con una serenidad pasmosa, haciéndonos partícipes de algo que inevitablemente suponía exponerte al exterior, no sé, alterar la comodidad de "barrer de puertas para dentro". Seguiste demostrando tu empatía no solo expresando cómo te sentías (tanto con tus escritos como con tus silencios) sino dando mensajes explícitos de apoyo a todo aquel que pensabas podría beneficiarse de tu experiencia.
Lo haces ahora de nuevo colaborando en una revista cuando estás ya al final de tu tratamiento, cuando tu esfuerzo técnicamente tendría que concentrarse en recuperar la vida cotidiana de antes, en "reinsentarte" en la normalidad. Sin embargo, vuelves a darnos otra lección incorporando tu experiencia a la normalidad, no dando carpetazo a un asunto que todos desearíamos que no existiera. Es jodido tener cáncer, pero está ahí. Así que, sí, tu empeño está en volver a la carga, pero siempre teniendo presente que tienes que aprender a vivir con un fantasma indeseable. Gracias por no haberlo convertido en un tabú, porque nosotros, los que te apoyamos pero no lo padecemos, necesitamos muchas veces un manual de instrucciones para asimilar noticias de este calibre, para seguir siendo como somos y no sobreactuar, no cargarnos la naturalidad de nuestra relación contigo. A mí me encanta hablar contigo de tu pelo, de tu look, de los efectos colaterales sin tener la angustia de pensar que voy a meter la pata porque hay adversidades que no se pueden mentar. Y el hecho de que tú hables de ello con total naturalidad impide que nosotros generemos acartonadas conversaciones que esconden nuestra compasión. Envuelves todo, hasta tus crónicas de bajón, de un tufillo de humor invisible muy contagioso. Estoy convencida de que tu artículo ayudará a muchas personas que lo lean, pero tu aportación no es un granito de arena, Marisol, es una lección de vida.

Marisol dijo...

¡Gracias por no castigarme tras mi ausencia! La verdad es que en parte me lo merecía. He vageado un poco pero no me alegro estar de vuelta.

Me emociono con vuestros comentarios. Me pica la curiosidad cada vez que tengo que adivinar qué anónimo dijo qué. Examino la expresión, la gramática, la puntuación ... y ese no se qué que cada uno destilamos y que nos hace únicos.

Gracias por joyas como ésta última,por su sinceridad y por la forma en que acierta en la mismísima diana de mi corazón.

Marisol

Elena dijo...

¡Madre mía!, que nivel literario...
Aunque no he sido muy asidua este blog -bueno ni de este ni de ninguno-, te diré Marisol, que muchas veces he querido escribir algo y al final lo borraba porque me parecía que no expresaba bien lo que quería decir o al final no era apropiado, no se. Bueno, en definitiva y tras "el paréntesis del verano", quería decirte que me alegro infinito de ver como vas volviendo a la normalidad.Espero haber estado a la altura en todo este trance, aunque a veces me decías -que no soy yo,que ese no es mi tratamiento, que te confundes con otra...)y yo me quedaba con la sensación de estar peor de lo que creía (de la cabeza digo).
Besos,
Elena

m dijo...

¡No seas tonta! Desde hace tiempo te considero una de mis grandes amigas.
Para ello ambas hemos tenido que estar a la altura en muchas ocasiones. Hacerlo no necesariamente ha implicado estar en contacto muy a menudo ni expresar con palabras aquello que sentimos. Sé dónde encontrarte y me basta con descolgar el teléfono. Entonces,ya sabes, nos enganchamos una hora un domingo cualquiera y nos desahogamos contándonos nuestras penas, apoyándonos la una en la otra, viendo como nos deslizamos por la vida y nos quedamos ... ¡más anchas que largas!

Todo ello me basta y espero que tú sientas lo mismo. Besos,
Marisol


Marisol

Publicar un comentario

 

  © 2009 Un Paréntesis en mi Vida

diseño por Javier Martínez Basado en una plantilla de M Shodiq Mustika