Hace apenas quince días los síntomas de mi último ciclo desaparecieron y empezamos a planear la radio.
Un montón de cosas bonitas pasaron en este intervalo: mi estreno en una función de títeres en la guardería de Martín y sus compañeros cuyas caras de entusiasmo a cambio de tan poco (hacer el gilipollas) nunca olvidaré; la comunión de María que pasamos en tan buena compañía con mi familia, con mis amigos; la fiesta de graduación de mis chicos y chicas de 2º de Bachillerato con juerga incluída después de una tarde de nervios y emociones por el reencuentro. Seguramente si tuviera ánimo para rebuscar en mi pasado más reciente, encontraría más cosas que agradecer pero no lo tengo.
El martes próximo vuelvo a entrar al quirófano porque han visto un nodulito sospechoso en la mama operada. Muchos me dicen que no será nada pero que ante la duda hay que quitarlo. Y yo preferiría poder volverme sorda y ciega hasta entonces porque las fuerzas me fallan. Porque estoy harta de falsas expectativas, porque no soporto tener a los demás sufriendo pendiente de mi desgracia. Vamos a dejar que el futuro venga y con él los resultados y mientras tanto no hablemos más de ello, dejémoslo a un lado. Dadme vuestro silencio.
Os quiero,
Marisol
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